sábado, 2 de enero de 2016

Mal 2015 para las migraciones ¿Y el 2016?


Termina un muy mal año para los movimientos migratorios globales y es que, a pesar de que Siria y su interminable guerra; con el consiguiente flujo de refugiados que no cesa, ha acaparado la atención del debate migratorio no hay que perder de vista otros países y regiones del mundo como Irak, Afganistán, República Centroafricana..., que se desangran en conflictos ciertamente olvidados. Eso sin contar con que la principal causa que mueve a las personas a cambiar su lugar de residencia por un país extraño y lejos de sus familiares sigue siendo las diferencias de renta entre un países y otros, la falta de trabajo y oportunidades o el ancestral deseo de poder tener una vida mucho mejor para uno mismo y la familia que nos rodea. Vivimos en un mundo cada vez más complejo en el que las migraciones no se explican ya con los viejos paradigmas de norte-sur o rico-pobre. Pongamos el caso de España ¿Quién no tiene un familiar o amigo en Francia, Reino Unido o Alemania? ¿No es por otro lado, la inmigración comunitaria la primera en cifras en nuestro país? 

Al mismo tiempo que vivimos en un mundo más globalizado y conectado nos encontramos en la paradoja de que cada vez se construyen más muros y los controles fronterizos son más exhaustivos en aras de proveernos de mayor seguridad ante una difusa y etérea amenaza terrorista. Ya cada vez se habla menos de libertades de circulación y el discurso oficial ha sustituido esos términos por los de control, terrorismo, amenaza y seguridad. Por otro lado, estas rigurosas políticas policiales se han revelado del todo ineficaces para combatir los últimos episodios de terrorismo ya que éstos habían sido perpetrados por nacionales de los propios países. 

En definitiva, no ha sido un buen año. Arrancamos un 2016 cargado de incertidumbres pero este blog continuará siendo un espacio de difusión, opinión y estudio de las migraciones. ¡Que tengáis un buen año!   

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