lunes, 29 de diciembre de 2014

El tramposo debate de las Migraciones

trabajadores migrantes
Trabajadores migrantes en California,1935
Nos hemos equivocado casi todos: expertos, activistas, estudiosos de la materia... El gobierno nos ha tendido una trampa perfectamente urdida y hemos caído ingenuamente. No es en ningún caso inocente que el debate de las migraciones se plantee siempre en términos de entradas irregulares por la Frontera Sur, a sabiendas de que ésta es prácticamente anecdótica en el cómputo global, y lo cierto es que caemos una y otra vez en el mismo anzuelo. Lo cierto es que en España se ha invertido la tendencia en lo que a movimientos migratorios se refiere y volvemos a ser un país de emigración y además, y lo que es más preocupante, perdemos población en términos absolutos, como puede observarse en esta estupenda infografía sobre la España migrante del diario Huffington Post. Por mi parte, no seré yo quien alimente este debate y resulta igualmente muy ilustrativo el siguiente artículo de opinión en El País, del profesor Diego Acosta Arcarazo (fruto de una conversación con él nacen algunas de las ideas expresadas en este artículo) sobre Mitos de las políticas de inmigración (leído en el diario El País, pero no os puedo referir el enlace directo por aquello del canon AEDE..., ellos se lo pierden).

Entonces ¿Qué deberíamos seguir preocupándonos de las migraciones? En este sentido, conviene tener muy en cuenta que debido a nuestra posición geográfica, si bien ya hemos dejado de ser un país atractivo para los ciudadanos extranjeros, somos un importante punto de tránsito tanto en las rutas migratorias que vienen desde el África Occidental y el Magreb como en aquellas que vienen desde el continente americano, generalmente con destino al centro y norte de Europa. Tampoco conviene perder de vista que, según fuentes del Ine, a principios de este año que está a punto de finalizar, residían en España más de 4 millones y medio de extranjeros de nacionalidades diversas siendo las principales Rumanía, Marruecos, Reino Unido y Ecuador. ¡Oh! ¡Sorpresa! En ese ranking de las primeras 12 nacionalidades, el único país africano que figura es Marruecos, país vecino, por lo que parece que estamos a salvo de la tan temida "invasión subsahariana" que al ministerio del Interior le preocupa tanto. Por ello, debemos preocuparnos por esos 4 millones de extranjeros y vecinos que viven entre nosotros y que sufren del mismo modo las consecuencias de esta profunda crisis políticas y social por la que estamos pasando. Las políticas públicas deberían orientarse hacia una mejor integración de una población extranjera de larga trayectoria entre nosotros y no conviene perder de vista que el próximo 2015 se cumplen 10 años desde el último proceso de regularización que tuvo lugar en España y por lo tanto, muchos vecinos extranjeros estarán en disposición de solicitar la nacionalidad española por residencia, si es que no lo hicieron ya al haber podido beneficiarse de alguno de los plazos más favorables que contempla la normativa.

Como estamos en época de cierre de año, no quería desaprovechar esta entrada sin formular algunos deseos para el año que viene y así, de paso, desmentir esa falta de propuestas que se nos achaca a los que trabajamos en esta materia. Estos son mis 10 deseos para la política migratoria que me gustaría ver en mi país:

1. Creación de una entidad especializada dentro de la Administración, claramente diferenciada y desvinculada del Ministerio de Interior,  para gestionar los flujos migratorios en forma de Agencia Estatal de Inmigración y Emigración.

2. Una política de fronteras sensata, coherente y en lo que respecta al control de la inmigración irregular; en la que se apliquen medidas proporcionadas que en todo caso, sean garantistas y respetuosas con los derechos humanos, con especial atención a los derechos a la vida, integridad física y derecho de asilo.

3. Replantear toda la política de visados y servicios consulares, dentro de los márgenes que permita la normativa comunitaria, de cara a establecer mecanismos ágiles y eficaces que permitan desde el acceso a las propias oficinas consulares así como la obtención final del visado, labor casi imposible en la actualidad en algunos países, y adaptación de la tipología de visados a la realidad del mundo actual: estancias de mayor duración, viajes de urgencia, entradas múltiples...

4. Reformular la actual legislación de extranjería y caminar hacia un verdadero estatuto del migrante. A este respecto, existen instrumentos internacionales interesantes como la Convención internacional sobre la protección de los derechos de los trabajadores migratorios y sus familiares, no obstante suscrita principalmente por países "emisores" de emigrantes. En este sentido, hay que tener en cuenta que España comienza de nuevo a ser un país de emigración y trabajar en la profundización de dicho estatuto, nos legitima a la hora de luchar por la mejora de las condiciones de vida de nuestros compatriotas en el extranjero.

5. Avanzar en la integración de los migrantes en todos los aspectos de la vida pública, lo cual camina íntimamente ligado a la idea de una mayor presencia y visibilidad de inmigrantes en la sociedad civil: derecho de voto, ámbito asociativo, acceso a la nacionalidad, medios de comunicación, etc. Igualmente, se requiere una mayor esfuerzo y trabajo en el ámbito local y a nivel de barrios por parte de las administraciones públicas.

6. Modernización y agilización de la gestión de los diferentes permisos y autorizaciones que precisa un extranjero en nuestro país. Aunque se han dado importantes avances en esta línea, es importante seguir trabajando en el sentido de eliminar trámites innecesarios, duplicidades, etc., tendiendo a la creación de un portal web único en diferentes idiomas y completamente accesible.

7. Fin del actual modelo de internamiento en CIES: no hay que olvidar que las detenciones e internamientos son medidas extremas, tal y como se configuran en la normativa comunitaria y éstas pueden ser sustituidas por otro tipo de medidas menos limitativas de derechos y que serían aplicadas de manera gradual.   

8. Creación de una red pública de Centros de Migraciones, ya contemplada en la normativa actual, que sirva para atender situaciones de vulnerabilidad, casos de retorno voluntario, situaciones de afluencia masiva, etc.

9. Configurar un sistema de autorizaciones o permisos que tienda a evitar las situaciones de irregularidad sobrevenida y, en todo caso, que disponga de mecanismos que permitan la regularización del ciudadano extranjero bien por el transcurso del tiempo, bien por el cumplimiento de determinados requisitos.

10. Aprovechar de manera más racional el caŕacter circular de los flujos migratorios y esto implica, en estos momentos en que muchos compatriotas se ven abocados a emigrar en busca de un futuro mejor, la firma de acuerdos de supresión de permisos de residencia/trabajo para los nacionales de ambos países, lo cual tendría importantes ventajas para los ciudadanos de ambos países.

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