lunes, 22 de febrero de 2016

Del Brexit al Refugees are (not) Welcome (I)

Banderas de la Unión Europea
Fuente: http://www.francebleu.fr


Comenzamos una nueva semana todavía con la resaca de la última reunión del Consejo Europeo de los pasados días 18 y 19 de febrero, en la que los jefes de estado y de gobierno acordaron un régimen especial para el Reino Unido dentro de la propia Unión Europea. Reino Unido siempre ha sido una rara avis dentro de la Unión que ya de por sí disfruta de una serie de privilegios tales como mantener su moneda propia, no participar en el acervo de Schengen, ejercer controles fronterizos así como inaplicar toda una serie de actos y disposiciones relativas a la cooperación policial y judicial, entre otros. Ahora ha ido un poco más allá a través del último acuerdo alcanzado sacralizando esta especie de excepcionalidad y abriendo la puerta a que otros estados puedan adoptar posiciones similares. Esto supone un ataque en toda regla a la línea de flotación de los principios y valores sobre los que se comenzó a construir la Unión. ¡Qué diría Robert Schuman si levantara la cabeza! La Unión Europea surgió de las cenizas que dejó la Segunda Guerra Mundial, para superar los rencores de la contienda y con el claro objetivo de avanzar hacia un modelo político federal a través de la previa unión económica. Hoy por el contrario, surgen numerosas voces en el seno de la Unión que incitan a una clara tendencia aislacionista y a la reafirmación de las soberanías nacionales, de las que el Reino Unido es su máximo exponente. Esto, como ya dije, socava de manera peligrosa los pilares de la Unión Europea por diversas razones:

  1. Contradice claramente el principio de no discriminación del artículo 21 de la Carta de derechos fundamentales de la Unión Europea por el que: Se prohíbe toda discriminación por razón de nacionalidad en el Ámbito de aplicación del Tratado constitutivo de la Comunidad Europea y del Tratado de la Unión Europea y sin perjuicio de las disposiciones particulares de dichos Tratados.

  1. Habilita a los estados para introducir reservas y excepciones en futuros acuerdos y tratados que se celebren en el seno de la Unión, en función de intereses particulares nacionales. Los Tratados de la Unión Europea llevan implícitos un proceso gradual de cesión de soberanía.

  1. Resulta paradógico que en clave nacional se apele a la unidad mientras que en el ámbito comunitario se permita a los distintos estados tomar decisiones unilaterales. Esta política no puede más que alentar las ansias independentistas de determinados territorios dentro de la UE, privándose a ésta de argumentos para contrarrestarlas. Tenemos los ejemplos de Escocia Y Cataluña.

  1. Se trata de una decisión profundamente injusta, insolidaria y ajena a cualquier principio de equidad. Un proceso de integración implica consecuentemente cesiones ya que, del mismo modo, el Reino Unido se beneficia en muchos aspectos de su pertenencia a la Unión.

  1. Se produce una involución grave en el proceso de integración introduciendo nuevamente la figura del ciudadano extranjero, sujeto titular de menos derechos, en detrimento de la ciudadanía comunitaria que se equipara en derechos a los ciudadanos nacionales.

  1. El Acuerdo da la espalda a la realidad ya que lo cierto es que cientos de miles de ciudadanos británicos residen en otros países de la UE. Sin ir más lejos, en el año 2015 residían en España 280.346 ciudadanos de aquel país con certificado de registro. Según algunas estimaciones, más de 800.000 son los británicos que viven en los llamados despectivamente “PIGS” (Portugal, Irlanda, Grecia y España).

  1. Especialmente graves son las restricciones que se introducen la libertad de circulación dentro de la Unión Europea, principio básico de la misma, y al acceso a beneficios sociales en igualdad de condiciones que los nacionales del estado miembro. Dichas restricciones se construyen bajo una falsa premisa de abuso de derecho.

"Lo cierto es que cientos de miles de ciudadanos británicos residen en otros países de la UE".



En definitiva, este Acuerdo es un mal augurio y no presagia nada bueno para el futuro más inmediato de la Unión Europea. El Primer Ministro británico David Cameron ya ha fijado la fecha, el 23 de junio, para celebrar el referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea. Hay que esperar al resultado y además el pronunciamiento del Tribunal de Justicia de la UE pero el daño en la misma ya está hecho. Igualmente, en dicho Consejo se tomaron algunas importantes decisiones sobre Migraciones pero eso ya es materia de una próxima entrada.

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